La mujer poco probable// Tatiana Goransky

Martina y Leo se encuentran de vuelta tras un viaje que necesitaban, persiguiendo sus orígenes en común por la patria rusa de sus ancestros  desde Argentina, hogar perenne. Es cuando el avión tiene fallas técnicas y la pareja va acumulando recuerdos para enamorarse y desenamorarse, desquererse, y vuelta a empezar en otro orden.

La amenaza del desastre, cerca de la tragedia, hace prominente en sus mentes un cúmulo de memorias y anhelos de la pareja. Su propia historia, como dúo y como individuos; su pasado, las decisiones incorrectas, los sentimientos aquellos instantes claves. Se van desenredando la trama al evocar a sus progenitores, y con los padres de estos.

Todo los abruma mientras valoran cada etapa de sus vidas y el momento de la colisión se acerca. Pensando además en sus hijos, Emma y Pedro. 

Tatiana Goransky elabora una prosa tan dulce como cruda al terminar una frase, una escena, o una emoción. Un juego que te muestra paralelismos con sus obras anteriores más recientes , sin embargo que te lleva un poco más lejos. La narradora aquí es omnisciente  y sabe que las costumbres se heredan: las buenas y además las malas. Y es todo esto lo que nos convierte en las personas que somos, descastadas por el abuso emocional. Cansancio en no saber querer ni en saber ser amados. De este camino, nos inmiscuimos en las mentes de Marina y Leo, enigmáticos en sí mismos, centros de esta tragedia laberíntica cuando todo la violencia del mundo se convierte en obsesión con el pasar de los años, y la pérdida de la inocencia primera.

En cada capitulo el lector va develando por qué ellos hicieron lo que hicieron y la razón por la cual no lo llevaron a cabo. En trío fantástico y más claro que el manantial es donde podemos al fin unir las piezas de la historia, y logra comprender todo. Cada pieza encaja, todo engrana. Es la virtud de esta narrativa, sin buenos ni  malos, donde se desvelan todos los ángulos y vórtices. Aquí queda totalmente libertad del lector.

Por último, el tercer elemento del trío, es Dana, como nexo y heroína de la historia. Sufriendo como espectadora televisiva la inminente hecatombe del avión. Penando sobre lo que renunció tiempo atrás, palabras y decisiones que cambian vidas, que dimensionan otras emancipaciones. Y ella, con su enfermedad, piensa: que tanto más importa morir si no consigues que te ame la persona a la que tú quieres.

En el epílogo, otra regla de tres. Pedro: el hijo pequeño, que compartió con su madre los caminos de la frustración. Como un dique a punto de reventar. Que ha encontrado un escape con Tina su compañera de colegio. Un niño que se expresa mejor entre acordes de guitarra que con palabras.

Emma: la hija mayor, que gusta de experimentar y sentir, y que a la vez quiere que todas las familias estén unidas, en una contradicción consigo misma.

Schmuly: el amante, el engatusador engatusado. quien necesita que una mujer sincronice con su música.

Argumento doloroso por ratos, intenso. Emotivo casi siempre. Tatiana traza fronteras difusas entre el amor y el desamor, con sus tiempos, conllevan soledad, obsesión, violencia, desespero, felicidad fugaz o absoluta, fantasía perpetua con seguridad.Se ama de tantas maneras como personas han existido y existirán, y se desama con tanto desprecio como se odia.

La buena literatura trasciende géneros. Y la buena literatura lo es contando cualquier tipo de historia por la manera en que lo hace y, por como te llena, te alcanza, te llega. Si estás buscando literatura íntima, diferente, implicada: bienvenido a la clave de la misma existencia con LA MUJER POCO PROBABLE.


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